El local se caracteriza por las dimensiones de la trasera y el encalado de la fachada, que por encima del travesaño indicaba su nombre en siglas, como industria dedicada a Maquinaria Agrícola Y Reparación Industrial (MAYRE).
La zona aladrillada forma parte de este complejo que, no mucho antes, había sido casa-taller de un carpintero durante varias generaciones.
La vivienda del carpintero responde a las necesidades de su dedicación: la puerta, que abrirá un largo portal, es parte de la nave, y el resto resulta ser un anexo del zaguán de dicho portal. En la fachada los ventanales están alineados con la puerta a un solo lado, y ambos separados por el bajante. El trabajo de forja continúa la grandiosidad de otros edificios, como respuesta de la línea marcada por la construcción del momento. El enfoscado de la fachada constituye un elemento diferenciador con el resto de las edificaciones del lugar, que en este caso se agudiza por el contraste con los edificios colindantes.
El taller del carpintero era parte de la vivienda, y mostraba a todo el que entraba los útiles de este oficio; en el receptáculo siempre había serrín y virutas. El tornillo del carpintero siempre estaba ocupado con alguna construcción de madera que respondía a un encargo: ventanas, puertas, sillas, taburetes, banquetas, armarios, colgadores, bancos para lavar…
La madera era parte consustancial a la vivienda de la época, y la desaparición de la carpintería supuso el ocaso de la artesanía y la aparición en este lugar de otra industria basada en procesos mecánicos.
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