La construcción «Miguel de Cervantes» en Arca Real

Observa:

  • Dos edificaciones dentro del mismo proyecto arquitectónico:
    • En primer término, los anexos: la biblioteca y el comedor.
    • En la parte de atrás, semioculta, la zona destinada a la educación, el grupo escolar.
    • Entre ambos media una vasta extensión, el patio de recreo.

A los tres elementos los abraza una verja de ladrillo con pequeños pilares del mismo material, terminados en una plataforma caliza, separados unos de otros por caprichosas estructuras, también de elementos arcillosos, formando todos ellos una construcción que en el barrio, y durante mucho tiempo, se conocía con el nombre de «las escuelas nuevas».

Ambos inmuebles, con simetría axial en sus fachadas, dan al este. Los anexos limitan con las dependencias de servicios (cocina y vivienda) y podemos situar el eje de simetría en la nave más baja: jalonada de huecos de ventanas en sentido apaisado y de cuatro cuerpos acristalados con sistema de apertura propio, terminados todos ellos en un destacado montante, también acristalado. La puerta de entrada a la biblioteca resulta ser un apéndice de la nave, pero que no rompe la sucesión, quedando intercalada en ellas; los pabellones externos contribuyen a la imagen de simetría. Los huecos inferiores tienen sentido vertical, los superiores se colocan en triadas, que aumentan la diversidad de los huecos de esta fachada. En definitiva, se logra un equilibrio en el conjunto de la edificación con la acertada combinación de formas y materiales (en la obra, el ladrillo y la caliza de los sillares. Los huecos se cierran con carpintería bien adaptada).

También la fachada principal del grupo escolar presenta esta modalidad de simetría: a partir del balcón en el piso superior y de la ventana central en la planta baja, se disponen sendas triadas de ventanas que son partes simétricas.

La simetría central del edificio se evidencia en las partes Norte y Sur. Este factor se subraya en las fachadas respectivas y condiciona ambas plantas del edificio: las galerías lo recorren en sentido inverso; la inferior se reserva a «escuela de niñas» y la superior a «escuela de niños». Todos los huecos de estas fachadas son homólogos respecto al centro del edificio. Por otra parte, ellas solo presentan una triada por planta, que no encuentra continuidad, salvadas las aperturas de entrada y zaguán, en el paredón de ladrillo correspondiente. Ello resta vistosidad a estas fachadas.

 Por otra parte, principalmente el balcón presidencial de la fachada este, la principal, destaca tanto por la posición como por los elementos diferenciadores: una arcada concéntrica de medio punto da salida al único balcón del edificio, parapetado por una barandilla de hierro sin adornos y una estructura de madera que presenta un llamativo montante adaptado a la construcción del arco: listones radiales superpuestos dan formas geométricas que embellecen la arcada cuando son ajustados al bastidor del marco. Unos soportes ornamentales debajo del balcón rematan la singular estructura.

En la misma vertical se encuentra la ventana correspondiente, que destaca de los restantes huecos por su menor tamaño y su enrejado: barrotes alanceados y terminados a distintas alturas, con una forja ornamentada.

Las fachadas Norte y Sur dan entrada a las respectivas escuelas, cuya obra de ladrillo se asienta sobre un potente sillar de caliza que da altura al edificio (protegiéndolo de posibles humedades que originan los terrenos de aluvión). Un cíngulo del mismo material ajusta ambas partes y resalta el edificio. Del mismo modo, contribuye a ello la rampa de cada parte, con su barandilla en la que la combinación del rojo del ladrillo y la blancura de la caliza realzan la imagen de la estructura de las fachadas y de la construcción.

 

Ambas portadas de entrada son réplicas exactas del balcón. Por la Norte entramos al zaguán, que tiene un bello artesonado de madera, relieve de escayola en el friso, y nos presenta el corredor: una galería que tiene las aulas al sur, y bellos ventanales al oeste por donde entra el sol de la tarde.

No es idéntica la situación en la entrada Sur. En esta, salvada la rampa, nos adentramos en el zaguán, con igual artesonado. Le diferencia la escalinata de madera y los rellanos de tarima, en el último de los cuales el visitante encontrará la conocida ilustración que reproduce el autorretrato en prosa del autor del «Quijote». Recorrer la galería superior suponía el encuentro con escenas de la novela inmortal, que diestras manos perfilaron con vivos colores al imaginar escenas sacadas de su lectura.

El edificio de enseñanza-aprendizaje es prolijo en detalles, tanto en el interior como en su exterior. El observador apreciará formas, apliques, colores, acabados, tejados, aleros, sillares, dinteles, bajantes, paños, rebordes… Allí están desde su inauguración oficial en 1931.

Conviene saber:

1. El complejo

Desde su creación, se presentó a la ciudadanía como un complejo arquitectónico alrededor del edificio escolar, que pretendía cubrir las necesidades de la niñez: edificio para la educación, edificio para el comedor, que se completaba con la biblioteca, y todos como servicio público para el escolar.

Hoy nos atrevemos a decir que la actual guardería municipal tiene también función pública adaptada a las necesidades de la familia en los tiempos actuales.

Por otra parte, conviene recordar los cambios habidos en esta comunidad educativa, en cuanto a la docencia, a tenor del momento que vivía la sociedad: si en un principio la lápida aludida lo atestigua (era Grupo Escolar con escuela de niños y escuela de niñas), hoy está catalogado como Centro de Infantil y Primaria, pasando por un abanico de nomenclaturas, según las circunstancias político-sociales del momento. A este respecto, diremos que el proyecto contemplaba la etapa de la «niñez o del escolar».

Más tarde, la sociedad abarcó los últimos años de la etapa preescolar, con la escuela de párvulos, pero no estaba generalizada, no tenía edificio propio. No obstante, esta barriada dispuso desde hace tiempo de una construcción alejada del grupo escolar para atender a esta población («Calderón de la Barca»). A partir de mediados de siglo, ante la demanda de este servicio, nunca contemplado como parte del sistema educativo, hubo necesidad de habilitar un espacio en el «Miguel de Cervantes». Desde los años noventa, se nos presenta en Valladolid como un Centro de Educación Infantil y Primaria, cuyos tramos están diferenciados: la preescolar cuenta con edificio propio, que pertenece a este complejo, como al principio pertenecieron la biblioteca y el comedor escolar.

También, durante años, prestó servicios propios de la educación de adultos, para la obtención del título que presentaba al interesado como gradudado al nivel de exigencia mínima de su participación en la oferta social del currículo, y contemplada dentro del modelo «igualdad de oportunidades» y «educación a lo largo de toda la vida».

Con carácter de iniciación profesional, tuvo establecidas enseñanzas sobre la impresión de documentos, que supuso una actividad no reglada, que favorecía la práctica del alumno, al servicio de las necesidades del centro.

2. La edificación

Es el decano de edificios públicos del barrio. Estuvo dentro del plan de construcciones escolares que elaboró el gobierno de Primo de Rivera, y ello explica que comparta diseño con otros del municipio y de la provincia, así como de otras ciudades. Posiblemente, la rampa constituya el elemento diferenciador, por motivos ya aludidos en este trabajo (las humedades).

También tiene notas que comparte (dentro de la diferencia que le separa) con el Cuartel de Caballería, próximo a nuestra edificación en espacio y en fecha de construcción.

Si llegó tarde (según dice Rollán, fue objeto de continuas protestas), se quedó pequeño pronto, porque permaneció como solitaria oferta pública hasta los últimos años sesenta, en que aparecieron las construcciones situadas en la calle Canterac y en la parte hoy conocida como «Las Viudas», donde niños y niñas aún permanecían separados en centros distintos dentro de la misma zona escolar, momento que coincidió con la ampliación de nuestro edificio, pero que no arregló la situación escolar.

La posterior oferta pública de primaria en el barrio llega tarde, pues la administración favorece los intereses privados que provocan el empobrecimiento de los centros públicos…

Actualmente, existen solo cuatro centros públicos y siete concertados en el barrio.