Tras el fracaso rotundo de convocatoria para la primera asamblea de los Presupuestos Participativos en Delicias, y una difusión por parte de las asociaciones del barrio obligadamente acelerada por el escasísimo margen de maniobra concedida a la ciudadanía para presentar propuestas -apenas diez días-, difusión evidentemente necesaria porque nadie parecía saber de qué les estábamos hablando, hemos acudido a la reunión de la Mesa de Zona a ver qué nos contaban.
El primer dato que conocemos es que las propuestas superaban escasamente las 1800 (¿esto no iba de que, después de la primera vez, en esta segunda íbamos a petarlo? Pues un incremento del 30% de muy poco sigue siendo muy poco), y que en Delicias teníamos el honor de haber superado las 360, aunque 80 de ellas inviables y había cerca de 120 repeticiones. Esto nos dejó a la Mesa con 167 propuestas viables, una vez agrupadas las repetidas, pocas más que el año pasado..
Felicidades al asociacionismo del barrio, que se lo ha (nos lo hemos) currado.
Por otro lado, resultó interesante leer las descartadas por inviables, pues reflejaban bastante bien el panorama de necesidades del barrio: personal en los espacios municipales, limpieza, edificios abandonados, civiles y militares, sanidad, educación, deporte, residencia de 3ª Edad, barreras arquitectónicas (vías del tren, avenida de Segovia, Carretera de Madrid, Juan Carlos I), falta de accesibilidad, infravivienda…). Pero claro, esto no entra en los Presupuestos Participativos -no vaya a ser que podamos elegir cómo gestionar las soluciones a nuestras necesidades- o es demasiado caro.
Por otro lado, y dado que se acaban de aprobar los Presupuestos Municipales, ninguno de los proyectos aprobados el año pasado se ha puesto en marcha, por lo que resultó en muchos casos realmente difícil compaginar la valoración de las nuevas propuestas, teniendo en cuenta que no sabíamos el alcance real que los técnicos del Ayto. van a otorgar a las antiguas propuestas (concretando con un ejemplo: no sabemos qué piensan hacer realmente con el «carril bici integral», hasta dónde llegará y por donde pasará finalmente, de modo que no sabremos cómo priorizar el resto de propuestas de carriles bici que discurran por el barrio).
Sin embargo, y para ser justos, asistimos a una sesión en la que todo fueron facilidades y claridad, hasta donde fue posible teniendo en cuenta lo anteriormente dicho. Todos los pasos que íbamos a dar fueron explicados perfectamente, se ejemplificaron los criterios de manera óptima, se propició la discusión respetuosa, se repitieron las cosas cuando fue necesario, se procuró que dispusiéramos de todo el material necesario, y en general se eliminaron muchas de las rigideces que nos constriñeron el primer año y que generaron conflictos absurdos.
Por poner varios ejemplos, citaremos que no hubo ningún problema a la hora de asumir que la carga de trabajo excedería las dos horas y media en principio estimadas, de modo que se acordó retomarlo el próximo jueves. Por otro lado, aunque también esta vez se han valorado las propuestas por parejas, cada pareja solo valoraba una propuesta utilizando la mitad de los criterios, mientras otra pareja la valoraba según la otra mitad: de esta manera se evitan en parte las valoraciones tendenciosas (y las tentaciones, seamos honestas) que hacen que alguien valore su propia propuesta con la máxima puntuación, como ya señalamos en el proceso anterior. Además, la manera de puntuar una propuesta no se limitaba a un rígido 1/0: un punto si pensábamos que cumplía el criterio; 0 puntos si no lo hacía. En esta ocasión, se ha valorado cada criterio con un baremo de puntuación que oscilaba 1/2/3, de modo que caben matices.
Aquí nos quedamos, por esta sesión. Se nos ha prometido que en la siguiente, una vez contabilizados los puntos obtenidos por cada propuesta, se podrá reexaminar entre todas las personas de la Mesa alguna que nos parezca peculiar por algún motivo, siempre desde los argumentos, esperemos.
En general, una sesión en la que sí, pa’ ser la segunda vez, vemos mejoras, al menos en lo que concierne a la metodología y la claridad.
¿Cuáles son las excusas, entonces, para que a muchas personas no nos llegase la convocatoria primera, a pesar del gasto postal que la Concejalía afirma que hizo? ¿Cuáles para que una inmensa mayoría de las personas con las que hablamos para difundirlo no supieran nada de la presente convocatoria? ¿Cuáles para el poco tiempo dado a la presentación de propuestas, cuando la ciudadanía no estaba enterada? ¿Cuáles para que cerca del 25% de las propuestas resulten inviables, y sin embargo representen una buena parte de las necesidades e inquietudes del barrio?
En serio, estamos esperando esas razones, porque estamos seguras de que existen. A pesar de las críticas, que no pensamos callar, nos parece que la participación ciudadana es fundamental para el buen funcionamiento de la democracia.
Ahora bien, igual que la democracia no es votar cada cuatro años, este proceso de Presupuestos Participativos no puede quedarse en votar lo que unas pocas vecinas proponemos y priorizamos una vez al año. Por favor, la idea es buena, y necesaria, no la estropeemos con una gestión chapucera, o al menos expliquemos los factores que obligan a que esto sea así.
Se han mejorado algunas cosas, de momento, aunque afectan a procesos secundarios y aún no hemos visto ningún resultado del ciclo anterior.
Pero, dicho todo esto, una vez más no podemos pasar por alto lo que consideramos el mayor ataque actual a la Participación desde el Ayuntamiento: no limitemos la participación real de las personas y asociaciones con normativas que la penalizan claramente, que le ponen toda clase de trabas burocráticas, que sancionan económicamente la espontaneidad de los movimientos sociales en lo que más los identifica: el movimiento, la calle, la vivencia y la convivencia en los espacios públicos.
¡¡¡¡No a la Ley Mordaza: ni la estatal ni la municipal!!!!
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