Campamento ELE Delicias para adolescencia. Día 12.º

por Elena, Rafa, María y josé manuel

Hoy hemos empezado un poco tarde porque al principio éramos poca gente y hemos esperado.

Para despertarnos hemos jugado a un pistolero «animal» (en vez de nuestros nombres, éramos animales). A continuación, y tras lanzar los dardos a la diana de canciones, hemos bailado «Soy una taza…» en círculo y luego, mientras escuchábamos el waka-waka, hemos hecho un par de rondas de «teléfono escacharrado» en el que había que reproducir, en vez de mensajes de voz, tres pasos de baile (para guardar las distancias). Esto nos ha servido para evidenciar las distorsiones comunicativas al pasar un mensaje de una persona a otra, y la necesidad de pararnos a pensar e ir a las fuentes en vez de creer a pies juntillas lo que escuchamos, lo que vemos, lo que nos llega a los móviles.

En el descanso hemos hablado, el grupo ha estado junto.

A la vuelta, hemos escuchado la canción «Vivir«, de Rozalén, calificada como alegre y optimista, por lo que ha tenido una recepción positiva y ha dado pie a conversación fluida en grupos y a aprendizaje de nuevo vocabulario.

Después de esto, hemos hecho un pequeño taller de papiroflexia en el que hemos aprendido a hacer un par de figuras sencillas (comecocos y rana), por lo que no ha habido tiempo de salir al parque. En vez de ello, hemos decidido en grupo el horario y el itinerario de la próxima excursión urbana.

Antes de pasar a los últimos juegos, hemos añadido palabras al Diccionario de Clase y hemos completado el Jardín de Clase.

«Veo un elefante…» nos ha llevado a interpretar diversos animales y a seguir soltando un poco el cuerpo, y finalmente hemos jugado a «Bomba» (¡ha sido la bomba!).

¡Seguimos el lunes! ¡Adiós! ¡Bslama!

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