por Rafa
Después de estos tres días de descanso por la conmemoración de la Fiesta del Cordero o del Sacrificio, hoy teníamos una salida preparada la semana pasada y que nos ha llevado por los dos ríos de Valladolid, la Esgueva y el Pisuerga.
Nos hemos encontrado a las 9:30 en la parroquia de Santo Toribio y, como la gente estaba muy dormida y ha ido llegando poco a poco, hemos repetido el pistolero con nombres de animales y hemos partido cerca de las 10:00.
Salimos de las Delicias, atravesamos el barrio de Pajarillos junto a la vía y nos incorporamos al paseo del Cauce, siguiendo el río. Nos paramos en el parque junto a la Facultad de Filosofía para recordar un poco de historia de Valladolid.
Tras una hora de camino, nos encontramos con Eva a la altura de la fábrica de leche. Desde ahí fuimos a la desembocadura de la Esgueva y nos quedamos en el parque Ribera de Castilla para descansar un poco, jugando a juegos de hablar, como adivinar cosas de Eva y Rafa, decir todo lo que se puede hacer en la playa o lo que cada quien hizo la última vez que fuimos a ella. Fue un momento para repasar y apuntalar en grupo nuestra expresión oral en español.
Acto seguido, nos levantamos y nos fuimos directos a la playa de las Moreras, siguiendo la senda junto al río, con Eva despidiéndose al empezar el trayecto. Cabe mencionar que la organización ha sido mucho mejor que la de la otra salida -algo vamos aprendiendo-, dividiéndonos en tres grupos para que todo el mundo estuviera incluido y hablar en español todo lo posible, a veces mediante juegos, otras en conversaciones espontáneas.
Cuando llegamos a la playa, algunas personas se bañaron, mientras que otras se quedaron a la sombra o en la orilla escuchando música y tomando el sol.
Después de más de tres cuartos de hora, iniciamos el camino para regresar a las Delicias, atravesando el centro (donde María se separó para volver a su casa)
y el Campo Grande. La organización siguió siendo buena, parece que las normas básicas de urbanidad se van interiorizando, y hubo conversación y tranquilidad.
Ha sido una excursión bastante gratificante, aunque también muy cansada, y encima nos hemos retrasado unos minutos. Un abrazo a las personas que por distintas razones no han podido acompañarnos, y en especial para Elena. ¡Os hemos echado de menos!
Ahora toca encarar la última semana de campamento, en la que nos espera una gran variedad de actividades que esperamos que sean de gran interés y nos sirvan de aprendizaje.
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