María y josé manuel, Colectivo D=a= Delicias
Un mes desde que comenzamos esta andadura, tras solo una semana de vacaciones escolares, para embarcarnos en este Campamento de Inclusión Lingüística y Cultural -o, como lo hemos llamado, Campamento ELE Delicias-, con toda la ilusión del mundo y en este espacio novedoso para la mayoría, el CIC Segundo Montes. ¿Conoceríamos gente? ¿Aprenderíamos? ¿Lo pasaríamos bien? ¿Iríamos a los parques? ¿Jugaríamos?
Hoy hemos empezado incluso un poco antes de las 10:00, con varias reincorporaciones que no han querido perderse este día de despedida (muchas gracias a quienes habéis venido y a quienes no os ha sido posible por diferentes motivos: ¡Elena, Khadija, un especial recuerdo para vosotras!). Se notaba un poco de tensión contenida en este día especial, así que hicimos una ronda sobre qué cosas recordábamos del campamento, especialmente juegos, y tras un par de titubeos nos lanzamos a una enumeración larga que dejó paso a la acción, y pronto estábamos jugando a aquellos juegos más recordados, dirigidos por diferentes personas: Pistolero, Naranja y limón, ¿Te gustan tus vecinos?, Evolución, Director de orquesta, Director de orquesta de carcajadas, Un viejo cuervo en un árbol, Esto es un pin. Esto es un pon… Así hemos sido conscientes de los muchos juegos jugados y de aquellos que más nos han gustado.
Tras esto, seguimos jugando a juegos nuevos como Mi luna es luna, La fiesta de disfraces o La fiesta de etiqueta, todos para seguir profundizando en las características de la comunicación.
Después escuchamos y bailamos (una persona en el medio hacía un paso o dos ¡o tres! y el resto la seguían) las dos canciones que nos faltaban por escuchar de aquellas que habíamos propuesto en los papelitos.
Después de esto, tocaba reflexionar sobre aquellas actividades que nos han acompañado durante todo el campamento, el Diccionario de Clase y el Jardín de Clase, y también revisar si se han cumplido las expectativas y los requisitos de seguridad y hemos vencido los temores iniciales:
Ha sido un momento muy emotivo, porque nos ha permitido ver las transformaciones que se han producido en cada persona y en el grupo, y hemos podido agradecer a nuestras compañeras y nuestros compañeros lo que hemos aprendido en su compañía y que no hubiéramos podido hacer frente a la soledad de un libro o de internet (aunque estas herramientas también sean importantes: https://descreyente.deigualaigual.net/ele/).
Excepto ir a la piscina, que cambiamos por la playa de las Moreras, todas nuestras previsiones se habían cumplido, y notábamos menos miedos a la hora de lanzarnos a hablar en español.
Para terminar, nos hemos ido a la parroquia de Santo Toribio, donde nos hemos despedido definitivamente con algunos juegos y unos zumos y patatas fritas que hemos tomado, eso sí, en la calle y con distancias.
La COVID no nos ha permitido el contacto físico, pero abrazos y besos a distancia, risas y alguna lagrimilla muy emotivas nos han acompañado en la despedida, que esperamos que sea breve porque estas personas ¡merecen la pena!
¡Bslama!
Agradecimientos
Han sido 19 jornadas, quitando fines de semana y los tres días de la Fiesta del Cordero, en los que hemos hecho muchas cosas, y es justo recordarlas y agradecerlas. A la gente del Centro Cívico Delicias, que nos recibieron con los brazos abiertos y nos permitieron conocer y usar las instalaciones; a la de la Biblioteca Municipal Blas Pajarero, por su amabilidad y su dedicación; a José María, que compartió sus conocimientos y sus ganas con los juegos de mesa y facilitó los altavoces (además de muchas otras cosas de «intendencia» y jurídicas); a Mónica, que gestionó con el Ayuntamiento la petición de sala y nos ha presentado a estas personas fantásticas que han apoyado la conversación siempre que han dispuesto de un minuto para venir al campamento (y han sido muchos minutos y horas); a las trabajadoras del CIC Segundo Montes, siempre amables y atentas a la menor de nuestras necesidades, y al personal de limpieza; a Carlos, que respondió de inmediato a nuestra solicitud de sala en el Segundo Montes y nos puso todas las facilidades; a Antonio, de Santo Toribio, que nos ha facilitado el proyector y la fotocopiadora, además de los ánimos y otras cosas intangibles; a Jesús, de Acenva, por compartir su proyecto; a David, de Gitanos en Progreso, por ampliar nuestros conocimientos sobre el pueblo gitano; a Eva, de Cáritas y Santo Toribio, que nos acompañó al parque Ribera de Castilla (y a Carlos, que lo intentó pero ese día no pudo); a Sabah, de MdM, que nos brindó su apoyo; al resto de la gente de Santo Toribio y a la de D=a= Delicias, que han estado detrás de este proyecto.
Sí, han sido muchas las personas y entidades que han hecho posible este Campamento, y muchas más las que nos han animado, nos han asesorado y propuesto actividades y se han ofrecido para lo que hiciera falta. Quienes ponemos las caras con la adolescencia solo somos un pequeño vértice que revela una estructura mayor y más sólida.
Durante el año, las clases seguirán, el acompañamiento en el aprendizaje de la lengua. ¿Repetiremos el campamento? Evaluaremos las necesidades y las fuerzas. Por ganas de compartir, que no quede.
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