Nuevo día y nueva excursión, esta vez al Museo de la Ciencia. Hemos ido 17 personas, un buen grupo de chicas y chicos que querían descubrir el Museo.
Como apenas teníamos una hora, solo hemos podido ver tres salas de la exposición permanente: el agua, matemáticas y cerebro (con neurona). Pero hoy lo importante era que conocieran el recurso, la ubicación y lo asequible del precio, para que puedan volver en otras ocasiones.
Han hecho un montón de fotos (yo, ninguna, de ahí que solo haya texto en esta entrada, al menos de momento) y han probado infinidad de juegos curiosos: han hecho correr el agua en ambas direcciones, han construido un puente, han andado en una bici de ruedas cuadradas… La verdad es que el Museo merece la pena.
A pesar de que la excursión tenía estos objetivos y no detenernos en los pormenores científicos, han valorado la actividad de manera muy positiva.
Ya de regreso en la parroquia, no nos ha dado tiempo a jugar a nada, porque teníamos que hacer una evaluación de la actividad y de nuestro comportamiento durante la misma, ya que no todo el mundo se ha comportado de la misma manera y había que valorar los aspectos positivos y destacar los negativos para darnos cuenta de las posibles consecuencias y para corregirlos.
En fin, un día muy interesante, seguimos.
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