El segundo día ha traído como novedad el almuerzo consensuado y el reparto de tareas entre las que son comunes (poner la mesa y los vasos o servir) y las que hay que hacer por turnos (fregar los vasos después de almorzar). Por lo demás, las citas (diversas) de ayer y de hoy han traído intercambios de asistencias y la gente ha explicado todo lo que hicimos a quien ayer no vino, completándolo cuando ha sido necesario.

Hemos jugado a algunos juegos iguales que ayer, los que más gustaron, y hemos introducido otros, para cantar en español y movernos un poco.

Hoy hemos profundizado en el pasado simple, formas regulares e irregulares, mediante diversos juegos (tipo semáforo, por ejemplo, en el que alguien decía un enunciado y había que situarse en un lado u otro de la sala dependiendo de si era cierto o no para cada quien. Ejemplo: «Ayer no salí de casa», si es cierto, a la derecha y si es falso, a la izquierda. Luego comentábamos un poco… «¿Por qué?», «Porque hacía mucho calor». O a partir de «Manuel», un personaje que inventamos ayer en común y del que cada día vamos sabiendo más cosas. Hoy hemos sabido qué cosas hizo ayer. Luego estas cosas una persona las ha dictado y el resto las ha escrito, corrigiendo en pequeños grupos. También hemos jugado al juegos de las sillas, versión de «Estoy en clase / y amo / muy muy en secreto / a… nombre de alguien de clase», para hablar en pasado.

Al final, juego libre un ratito, futbolín y juegos de balón, aplauso personalizado a cada persona del campamento y nos vamos apuntando una palabra que nos gusta.

Mañana la primera salida, y bien larga. ¡Hasta mañana!