La primera semana del campamento la hemos aprovechado para visitar la Reserva Biológica Urbana el Tomillo, iniciativa de Acenva para la recuperación de ese entorno de la zona Los Santos-Pilarica.
Ha hecho calor, así que no hemos estado mucho tiempo. Hemos estado en dos espacios, el primero dedicado a la repoblación con olmos, y nos han mostrado cómo deben estar protegidos por alambradas para que los conejos no se coman estas plantas cuando aún son pequeñas; estas alambradas están rodeadas de piedras para sujetar y para ayudar a la conservación de la humedad. Se trata de un espacio en profundidad que recoge y conserva la humedad, que esos árboles necesitan.
El segundo espacio estaba destinado a la repoblación con planta autóctona como encinas o quejigos, y hemos visto algunas plantas que, a pesar de tener cinco años, aún eran muy pequeñas.
Además de nuestro grupo, había allí otro que estaba haciendo voluntariado ambiental durante dos días, así que no les hemos interrumpido más y los hemos dejado que continuasen con su trabajo.
Ha resultado una visita muy interesante, pero el grupo no se ha sentido cómodo, por lo que no hemos estado a la altura del trabajo que se lleva a cabo allí, refugiándose en el silencio, en las conversaciones aisladas y en grupos de seguridad por sexos.
No ha sido un buen día, y durante el regreso ha continuado una cierta dispersión. Ya de vuelta lo hemos hablado, hemos visto qué hemos hecho bien y qué debemos mejorar, ya veremos cómo empezamos tras el parón del fin de semana.
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