El Campamento de Inclusión Lingüística y Cultural (CILC) 2023, que ha organizado la parroquia de Santo Toribio y D=a= Delicias, ha llegado a su fin.

En esta ocasión las plazas ofertadas han sido 15, y hemos contado con un total de cinco personas adolescentes hispanohablantes que han ido pasando con distinta frecuencia para apoyo de conversación. La media de asistencia ha sido de 13 personas (multitud de citas médicas, ausencias por viajes y tres personas de la misma familia que no lo han completado sin dar razones), con varios picos de 17 y dos días solo 9 y 10, respectivamente.

Este último día, como en los dos años precedentes, hemos terminado con un resumen de lo hecho y el cierre de procesos abiertos durante el campamento. Por ejemplo, hemos repartido una hoja con todas las palabras elegidas en el «Diccionario de clase» y hemos finalizado el «Jardín de deseos»,

en el cual, y finalmente, tras la fiesta de hoy, todas las semillas han germinado (nos faltaba el karaoke, pero ¡hecho!).

También hemos hecho una valoración en pequeños grupos e individual, en la que ha quedado de manifiesto que todo el mundo volvería, aunque hay cosas, especialmente las excursiones, que han gustado más que otras.

Tras todo este ajetreo, y avisos varios de clases y campamentos futuros de agosto, comenzamos la fiesta: cada quien aportó lo que pudo para comer, la organización, los zumos, y durante casi dos horas hubo música, cantes, bailes y juegos.

Recogimos en grupo: se lavaron los vasos, se separó la basura para los distintos contenedores, se barrió y fregó el suelo, se limpiaron las mesas y luego aún se cantó y jugó otro poco, antes de despedir esta tercera edición del CILC, muy distinta a cada una de las anteriores.

¿Hasta el año que viene? Nos encantaría que no fuese necesario y que quien tiene la responsabilidad de la enseñanza del español a nuestras nuevas vecinas y nuestros nuevos vecinos del barrio, especialmente a la adolescencia, se pusiera las pilas de una vez.

Todas las entradas del campamento aquí.