Día de piscina, poca asistencia, por muy diversas razones, pero lo hemos pasado muy bien.
Al principio, algunas pegas para bañarnos porque no estaba claro si algunas de las chicas podían meterse en el agua con la ropa que llevaban, pero al final todo bien, tras hablar con la gente responsable de la piscina.
Los chicos, eso sí, a su rollo, por su lado, ha costado que se juntasen al menos un rato con el resto para comer en común, y les ha dado bastante lo mismo que sus compañeras tuvieran problemas. Hemos tenido una seria reflexión sobre esto al final, ya de vuelta, pero ponen cara de sorpresa ante la idea de que eso pueda de alguna manera ser de su interés. Hay trabajo, y me temo que ni va a ser fácil ni va a ir a menos, precisamente.
Seguimos, que no es poco.
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